
En el marco de la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, el Padre acompañado por nuestro Hno. Henry, presidió una emotiva misa en la que se compartieron las intenciones de oración dejadas por los fieles, pidiendo por la salud y el bienestar de todos los enfermos. Esta celebración se centró en la importancia de ofrecer esperanza y consuelo a quienes atraviesan momentos de sufrimiento.
Posteriormente, el Hermano Henry y el Padre subieron a los diferentes pisos del hospital para brindar compañía y palabras de aliento a aquellos enfermos que no pudieron asistir a la misa. Su presencia fue un acto de cercanía y esperanza, recordándoles que no están solos en su proceso de sanación.
La jornada no solo fue una ocasión para reflexionar sobre el sufrimiento humano, sino también para fortalecer el vínculo entre los profesionales de la salud, los pacientes y la comunidad, destacando la importancia de cuidar tanto el cuerpo como el espíritu.



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